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miércoles, 13 de agosto de 2008

Ángel González, palabra que pervive

Ángel González era conocido como el poeta del compromiso. Fue académico de la lengua, recibió el Príncipe de Asturias de las Letras en 1985 / Foto cortesía de El País.com

Por Karla Zamora y Marisol Briones

Nació en Oviedo el 6 de septiembre de 1925. Su infancia se vio fuertemente marcada por la muerte de su padre, fallecido cuando Ángel González apenas contaba dieciocho meses de edad. La descomposición del seno familiar continuó durante la Guerra Civil Española.

Se inicia en el círculo de poetas de Barcelona, formado por Carlos Barral, Jaime Gil de Biedma y José Agustín Goytisolo; en 1956 publicó su primer libro, Áspero mundo, fruto de su experiencia como hijo de la guerra; con él obtuvo el Premio Adonais. Y posteriormente al grupo madrileño de escritores de su generación, Juan García Hortelano, Gabriel Celaya, Caballero Bonald y algunos poetas más.

Tras su segundo libro, Sin esperanza, con convencimiento (1961), Ángel González pasó a ser adscrito al grupo de poetas conocido como Generación del 50 o Generación de medio siglo. En 1962 es galardonado en Colliure con el Premio Antonio Machado por su libro Grado elemental.

El año 1970 es invitado a dar conferencias a la Universidad de Nuevo México en Albuquerque y luego de un recorrido por varias universidades fija su residencia en Estados Unidos impartiendo la cátedra de Literatura Española Contemporánea.

Luego de su jubilación volvió a España para vivir allí sus últimos años, acompañado de nuevos amigos: Benjamín Prado, Almudena Grandes, Luis García Montero, Caballero Bonald, Joaquín Sabina, Javier Rioyo y Juan Cruz.

En 1985 le conceden el Premio Príncipe de Asturias de las Letras y en 1991 el Premio Internacional Salerno de Poesía. En enero de 1996 fue elegido miembro de la Real Academia de la Lengua Española. El mismo año, además, obtuvo el Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana. En 2001 obtiene el Premio Julián Besteiro de las Artes y las Letras. En 2004 se convierte en el primer ganador del Premio de Poesía Ciudad de Granada-Federico García Lorca.

El 12 de enero de 2008 falleció el poeta, a los 82 años, en Madrid, a causa de la insuficiencia respiratoria crónica que padecía.

Como homenajes póstumos en abril con la participación de Joaquín Sabina, se presentó la Antología para jóvenes, el Departamento de Lengua, en junio ilustró varios de sus poemas, y en julio durante la Feria del Libro en Madrid ,se presentó el libro de poemas inéditos Nada grave.

En Cultura con Vos compartimos la admiración y la riqueza de éste gran autor. Sintonícenos este próximo jueves para escuchar poemas en su voz, sus canciones con Pedro Guerra y Joaquín Sabina . Sobre su obra estaremos conversando con el poeta William Alfaro, desde las 5:00 de la tarde, en el 91.7 del F.M. – YSUCA [escuche programa en línea].

ÁNGEL GONZÁLEZ,
UN POETA DEL EXILIO ESPAÑOL EN LOS EE.UU.

Lo saludo como poeta comprometido, desde el EE.UU. que fue el exilio de ese “irse de” y “estar en” fuera de su tierra natal, sufriendo las dualidades del signo poético, que fusiona lo estético con lo trágico, lo amoroso con lo doloroso, como si la vida y la muerte fueran de la mano en movimiento, acaso con más transitoriedad y con referentes más concretos dadas las circunstancias socio-políticas del país de origen durante la primera parte del siglo XX. Con su poesía del sobrevivir, haciendo y rehaciendo la vida, la historia, la memoria, las cosas, los cuerpos, las relaciones, el pueblo, revirtiendo los desvalores del exilio, con palabras y poemas, que nos acompañarán siempre en sus textos y en otros, como los del cantautor Joaquín Sabina que se mostró muy afectado por la pérdida de Ángel González, "un gran amigo" y la del cantante tenerifeño, Pedro Guerra, que musicalizó algunos de sus poemas y los difundió en el álbum titulado: "La palabra en el aire".

Como el propio Ángel González se encargó de aclarar, su poesía responde a que fue "larga y prematuramente adiestrado en el ejercicio de la paciencia y en la cuidadosa restauración de ilusiones sistemáticamente pisoteadas".

Por: Luis Alberto Ambroggio
Academia Norteamericana de la Lengua Española

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