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lunes, 30 de noviembre de 2009

Falleció Ignacio Briones Torres

El pasado viernes falleció en Nicaragua nuestro amado padre y abuelo Ignacio Briones Torres. Él era un personaje en Nicaragua; y ésto porque fue uno de los periodistas que más criticó a la dictadura de los Somoza, lo cual le costó cárceles y exilios.


Formó parte de la Organización Internacional de Periodistas (OIP) y fue uno de los fundadores de la Unión de Periodistas de Nicaragua (UPN). Durante su larga trayectoria recibió más de cien reconocimientos y galardones a nivel nacional e internacional. En Praga fue galardonado con la Orden Julius Fucik.Y en su país con la Orden de la Independencia Cultural Rubén Darío y la Orden Rigoberto Cabezas, otorgada por la Asamblea Nacional. La Unión de Periodistas de Nicaragua le otorgó la Orden Julius Fucik, por su trayectoria periodística.


Dirigió el periodico IMPACTO. También trabajó en el periódico La Prensa y, en tiemnpos de la Revolución Sandinista, fue subdirector de BARRICADA. Estuvo también durante el nacimiento de El Nuevo Diario. Colaboró con La ESTRELLA DE NICARAGUA. Mantenía la página PENSANDO EN NICARAGUA en la Bolsa de Noticias Y fue miembro de la Academia de Geografía e Historia de Nicaragua.


Desde muy joven, con el apoyo del Historiador Sofonías Salvatierra, ingresa al medio periodístico al trabajar en el Diario Flecha, que dirigía el escritor Hernán Robleto. En Flecha ocupa el cargo de Jefe de Redacción entre 1955 y 1959. En la época de Arbenz, en Guatemala, fue corresponsal de la revista BOHEMIA.


Entre sus múltiples trabajos, escribió la Historia del Periodismo en Nicaragua, y deja inédita la más completa biografía de RIGOBERTO LÓPEZ PEREZ.


Entre sus legados principales al periodismo nicaragüense está el Día Nacional del Periodista, establecido el 1 de marzo.


"La muerte de Nacho, como le llamábamos cariñosamente, representa una pérdida irreparable no solo para el Periodismo Nacional sino también para toda la sociedad nicaragüense", afirma la Unión de Periodistas de Nicaragua (UPN).


Para Juan Molina, veterano periodista y ex alumno de Briones, éste dejó un legado importante en su biblioteca, tanto por los libros acumulados, como por sus obras inéditas. Fue velado con honores en la Casa del Periodista y en la Funeraria Los Olivos, y luego sepultado en el Cementerio de la ciudad de Managua.


Sus hijos y nietos
Carlos Roberto Briones (Q.E.P.D.)
Marisol Briones
Karla Sofia Zamora Briones
Edgardo José Zamora Briones
Carolina Briones
Carlos Roberto Briones Ramírez
Xavier Andrés Briones Ramírez

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Desde pequeños nos acompañaron las aventuras del caballero andante Ignacio Briones, así crecimos con él y a través de él no solo en el aspecto intelectual sino también en lo sencillo y profundo de saber vivir, en rebeldía contra la norma y con el corazón en el pueblo.

En los primeros años de nuestra vida, como un ángel premonitorio, nuestro primer encuentro se realizó en el marco de los acuerdos de Paz de El Salvador, país que le parecía también suyo. Vivimos con él, como niños la alegría y la esperanza de un nuevo comienzo, que en ese momento no comprendíamos bien. Fue ahí que la construcción de un mundo nuevo, desde nuestra pequeñez e inocencia, se hizo un compromiso de vida.

Años después, nos reencontramos en Nicaragua, con él aprendimos a comer pinol, rosquillas, nacatamales, raspados y toda esa variedad de comida nica que a la sazón de su charla, siempre alegre y clara, ahora al comerla es una especie de comunión con él y con este histórico pueblo que tanto amó y por el que sufrió la cárcel en la esperanza de verlo liberado.

Él nos enseñó a releer cientos de veces, sentados en el suelo o bien frente a su escritorio, con ojos nuevos historias, teorías y poesía con los libros de su biblioteca que él nos compartía y que heredó a mamá.

Cuando supo que mi hermano estudiaría antropología y yo periodismo, se le hinchó el corazón de alegría y de orgullo, un orgullo que compartimos al ser nietos de este gran hombre, y que ahora cual ovejas negras solitarias, construimos nuestro futuro con la mirada fija en él y su legado, al igual que el de mi tío Carlos Briones que ahora lo acompaña. Hemos quedado sus nietos para terminar las tareas, los Briositos –Carlos y Javier- y los Zamora Briones.

Rompiendo las barreras de la distancia y del tiempo, sus muertes nos reafirman en la construcción de un mundo más humano y equitativo y nos llaman a ser cada día mejores, a reflexionar con responsabilidad y criticidad histórica, a luchar contra cualquier norma que imposibilite vivir plenamente, a construir nuestra herencia, nuestro futuro, en una Nicaragua y un El Salvador como lo soñó mi abuelo.

Te amamos abuelo y seguimos juntos en el camino, con la adarga al brazo y el corazón en el pueblo.

Karla Sofía Zamora Briones
Edgardo José Zamora Briones
Carlos Roberto Briones Ramírez (Q.E.P.D.)
Javier Andres Briones Ramírez

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Nacho-Chofi

Jaime Sabines

Amanecí triste el día de tu muerte,

No la sabia, no la supe
hasta que el sol cedió al ocaso
partiendo contigo...

Era extraño el viento
que camino conmigo
-frió, vació e insospechado-
en su afán de marcar mis pasos
dibujaba imágenes
de esa Nicaragua, tan tuya,
tan nuestra, tan de ella sola

los pasillos de tu casa,
se volvieron mis corredores universitarios
tenia un lejano olor a tu tabaco, mi escuela

me pareció oírte decir; como cada desayuno
al levantar la mesa: -Anda, ocúpate en algo-
Y sin pensarlo dos veces me metí a coordinar
un foro , al que ya no vendrías, pero estarás

Hiciste bien en morirte,

el mundo quería retenerte
en su pronombre posesivo
de amor egoísta y familiar
dependiente...

querías morirte y te aguantabas.

en tus ganas de querer y hacer
hasta el ultimo minuto posible
en tu vocación de
Hombre útil, justo y necesario

¡Hiciste bien!

Yo no quiero elogiarte como acostumbran los arrepentidos,
porque te quise a tu hora, en el lugar preciso,
y harto sé lo que fuiste,


...Hombre todo, soñador errante, galante
profeta de la memoria histórica que hoy te guarda
ángel del buen augurio, de futuros posibles,
mi abuelo, mi padre y mi amigo...

pero me he puesto a llorar como una niña porque te moriste.

Ya sé que es tonto eso...
que más vale callar,
¿pero qué quieres que haga
si me conmueves más que el presentimiento de tu muerte?


me gustaría que cantaras

como cuando en México le hacías canciones a los panchos
y acompañabas en los coros a Jiménez

...que contaras el cuento...

De tu nicaragua libre...
....de como lo lograron...

y de como ganaste después la
batalla que conquisto a mi abuela

En el medio justo de dos o tres ideas que llenaron tu vida
te repetías incansablemente

Para que no olvidáramos lo que somos,
a lo que nos debemos, era tu manera de grabarnos
despacio que nos querías, de enseñarme a de- construir la historia
para con sus ladrillos, fabricar puentes entre el pueblo y la gloria


Ha de haberse hecho el cielo ahora con tu muerte,
y un Dios justo y benigno ha de haberte escogido.


Exijo que los ángeles te tomen
y te conduzcan a la morada de los limpios.
que la muerte recoja tu cabeza blandamente
y que cierre tus ojos con cuidados de madre
mientras entona cantos interminables.


¡Hasta nuestro encuentro! ¡Siempre, Nacho!

Edgardo Zamora Briones, 29/11/09

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EN EL DIA DEL PADRE

A Ignacio Briones, mi padre.

De no se por papá
yo no habría llegado
cuando tenía 6 meses a El Salvador
por causas de su exilio en Venezuela
es decir, por eso de
andar metido en las revueltas
de Olama y Mollejones.
No habría experimentado
que el niño Dios no llegaba en Diciembre
sino cuando podía.
Ni habría crecido siempre
con un pie aquí
y otro en Managua.
Habría aprovechado las clases de cocina
costura y buenas costumbres
en el colegio de monjas.
Pero él que me hablaba siempre
de tiempos mejores
que me llevaba a las tertulias
de intelectuales y conspiradores,
que se iba al Perú cuando Velasco Alvarado
o por el mundo prohibido
y me traía manifiestos, libros
música de Víctor Jara,
Quilapayun, Violeta Parra.

Que me dejaba en el León insurrecto
de Dennis Moncada.
Él, él que me sembró ideas locas
para acabar con el mundo sombrío.
Él, que más que mi padre,
era mi amigo y compañero
también mi cómplice
ignorando las censuras maternales,
enseñándome a interpretar
los códigos del lenguaje masculino.

Él que alternando con la dirección de Barricada
me daba cursos intensivos y breves
de periodismo y relaciones internacionales
cuando éramos poder y Nicaragua era 19
de julio.
Él que con ojos enrojecidos y sin ningún no
me vio volver a El Salvador
por las tareas pendientes
-tan pendientes que aquí estamos-.
Él, ahora abuelo y todavía Quijote,
repito de no ser por papá
yo no estaría aquí
ni me habrían crecido las manos
y sería menos complicada y más normal,
pero seguro no diría
con tanto amor y orgullo
gracias papá.

Marisol Briones