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martes, 20 de septiembre de 2011



Manuel  Silva Acevedo
                                      CHILE
                                            


Por  Marisol Briones  / Edición Edgardo Zamora.
 



Nació en Santiago, 1942
Empezó a escribir a los 15 años, cuando estudiaba en el Instituto Nacional, y publicó su primer poemario, Perturbaciones, en 1967, a los 25.
Silva Acevedo alcanzó su consagración con su segundo libro Lobos y ovejas, escrito en 1972  y publicado 4 años más tarde en una plaquette, el libro  fue víctima de las llamas en un incendio intencional  en 1976.

"Se transformó entonces, como tantas cosas de ese período, en una latencia, en un poema fantasma, fotocopiado, comentado tras bambalinas, susurreado, inexistente en el escenario público y sin embargo de una presencia feroz. Feroz y ambigua, como el poema mismo. Un poema que desafiaba toda manera de hablar de él, especialmente en ese tiempo de perseguidores y perseguidos, de banderas desplegadas e inequívocas. Un poema a la vez mínimo y escandaloso, un pequeño clásico en sordina, un hito en la literatura chilena",diría dos décadas más tarde la crítica Adriana Valdés.

Realizó estudios de castellano, filosofía y periodismo en la Universidad de Chile.
Ha publicado diversos libros de poesía, entre los cuales destacan: “Mester de Bastardía” (1977), “Monte de Venus” (1979), “Terrores diurnos” (1982), “Palos de ciego” (1986)  “Desandar lo andado” (Ottawa, Canadá, 1988).Canto Rodado, Suma alzada y el más reciente  Día Quinto.

En 1977 su obra "Mester de Bastardía" obtiene el "Libro de Oro" en mención poesía.
Ha recibido también los premios


  • Premio Eduardo Anguita de la Editorial Universitaria
  • 1998. Beca del Consejo Nacional del Libro
  • 2002. Finalista del Premio Altazor de Poesía con Día quinto
  • 2003. Premio del Círculo de Críticos de Valparaíso por Día quinto

Sus poemas han sido traducidos al inglés, alemán, sueco, italiano, portugués,  holandés y francés.

Ha asistido  a Encuentros Poéticos en  Argentina, Colombia, México, Nicaragua  y España.

Aparece en varias antologías de poesía chilena y en homenajes a poetas como Pablo Neruda y Gabriela Mistral.
 En los últimos tiempos sus versos han sido musicalizados por el también poeta y cantautor Patricio Anabalón.

He aquí una muestra de su poesía y por supuesto los invitamos a escucharlo de viva voz en nuestro programa este jueves 8 de septiembre a las 5 p.m. por el 91.7 de FM o a través de la web ysuca.org.

LOBOS Y OVEJAS

Hay un lobo en mi entraña que pugna por nacer
Mi corazón de oveja, lerda criatura se desangra por él
Por qué si soy oveja deploro mi ovina mansedumbre
Por qué maldigo mi pacífica cabeza vuelta hacia el sol
Por qué deseo ahogarme en la sangre de mis brutas hermanas apacentadas
Me parieron de mala manera
Me parieron oveja
Soy tan desgraciada y temerosa
No soy más que una oveja pordiosera
Me desprecio a mí misma cuando escucho a los lobos que aúllan monte adentro
Yo, la oveja soñadora,pacía entre las nubes
Pero un día la loba me tragó
Y yo, la estúpida cordera,conocí entonces la noche la verdadera noche
Y allí en la tiniebla de su entraña de loba me sentí lobo malo de repente
Si me dieran a optar sería lobo pero qué puedo hacer si esta pobre pelleja no relumbra como la noche negra y estos magros colmillos no muerden ni desgarran
Si me dieran a optar sabría acometer como acometo ahora esta mísera alfalfa, famélica, ovejuna
Si me dieran a optar los bosques silenciosos serían mi guarida y mi aullido ominoso haría temblar a los rebaños Pero qué hacer con mis albos vellones Cómo transfigurar mi condición ovina
Yo, la obtusa oveja,huía tropezando con mis hermanas tras El lobo nos seguía acezando
Y entonces yo, la oveja pródiga,me quedé a la zaga El lobo bautista me dió alcance
Se me trepó al lomo derribándome y enterró sus colmillos en mi cuelloVieja loba, me dijoVieja loba piel de oveja Quiero morir contigo Esperaré a los perros La sangre me manaba a borbotones Parecíamos un sol enterrado de cabeza en el suelo
Yo era una oveja mansa Siempre miré hacia el suelo Yo era sólo una oveja rutinaria Yo era un alma ovejuna sedienta de aventuras
Yo era en el fondo una oveja aventurera

Yo deseaba conventirme en oveja descarriada
Expreso aquí mis sinceros agradecimientos a la piadosa águila humana
que me desgarró la yugular de un picotazo.